La edición genética, una técnica que permite borrar, añadir o cambiar genes a voluntad, ha sido, sin duda, el avance científico más relevante de 2015. Las dos publicaciones más prestigiosas del mundo de la Ciencia, las revistas Science y Nature, lo han destacado en sus listas del año. Pero esto no ha hecho más que empezar. El CRISPR-Cas9, ese es su nombre técnico, puede ser una herramienta revolucionaria de la que se esperan nuevas sorpresas para 2016. Por ejemplo, como explica Nature, los investigadores la pondrán a prueba en el estudio de diferentes enfermedades humanas, como la corrección del defecto genético que causa la hemofilia. Pero estos avances no se libran del escrutinio ético. Científicos y expertos en ética deben ponerse de acuerdo para garantizar la seguridad de esta técnica y establecer dónde están los límites, ya que se trata, al fin y al cabo, de editar la vida humana.