20130501

DIEZ MITOS SOBRE EL AHORRO ENERGETICO EN EL HOGAR




En época de crisis sabemos que hay que ahorrar y especialmente energía. Esto no sólo es importante para que nuestro bolsillo no se resienta ante el encarecimiento de nuestras facturas energéticas. También lo es para el medio ambiente.

Bajo esta premisa se han dicho tantas cosas acerca de cómo ahorrar que es lógico que tengamos dudas de lo que funciona o deja de funcionar. Por ello, vamos a desmontar 10 mitos falsos sobre el ahorro energético en nuestros hogares.

Hay una gran cantidad de máximas sobre ahorro energético que nos han repetido tantas veces que finalmente nos han calado tanto que las hemos tomado como veraces cuando en realidad muchas de ellas no tienen ningún fundamento. Desterremos esas ideas falsas que no ayudan ni a nuestros bolsillos ni al medio ambiente.
10 mitos falsos sobre el ahorro energético en el hogar:
Mito número 1: dejar nuestros aparatos eléctricos en modo espera o standby apenas consume energía. Esta es una primera idea que hay que desterrar, aunque lo cierto es que cada vez más gente se va concienciando sobre este punto y opta por apagar por completo sus aparatos. Ten en cuenta que el standby representa cerca del 5% del consumo de nuestros hogares y olvidarnos de su uso puede suponernos un ahorro de hasta 100 euros anuales.
Mito número 2: es mejor mantener una temperatura ambiente que apagar la calefacción. Segunda premisa a olvidar y esta sí que ha calado hondo en el imaginario de los hogares. El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía recomienda ajustar el encendido de la calefacción al horario real de ocupación de las viviendas y apagarla por la noche. Es más eficiente que dejarla encendida toda la noche.
Mito número 3: mantener los fluorescentes encendidos gasta menos que si se encienden y apagan cada vez. Otra idea falsa. Lo que sí puede ocurrir es que la vida del fluorescente pueda acortarse si se enciende repetidas veces. Si tenemos claro esto y además utilizamos bombillas de bajo consumo conseguiremos un ahorro energético mayor.
Mito número 4: la cocina de gas gasta más que las vitrocerámicas actuales. Falso, serán más cómodas pero consumen cuatro veces más que las de gas.
Mito número 5: es mejor lavar los platos a mano que en el lavavajillas. A pesar de ser más incomodo, mucha gente opta por lavar a mano en lugar de poner el lavavajilla, basándose en esta premisa falsa. En concreto, el lavado a mano puede suponer unos 119 litros de agua frente a los 15 litros por lavado de un lavavajillas eficiente para la misma cantidad de vajilla. Así que ahórrate esfuerzos innecesarios.
Mito número 6: en verano consumimos menos energía. Esto es falso y mucho más en los últimos años en los que el uso de aparatos de aire se ha disparado.
Mito número 7: el cambio de hora supone un ahorro de energía.Mover las agujas del reloj dos veces al año no implica necesariamente un ahorro de energía. Al atrasar nuestro reloj una hora, la oscuridad llega una hora antes de lo habitual y dado que nuestra jornada laboral se mantiene invariable será por la tarde al llegar a casa cuándo consumiremos esa hora de luz que nos hemos ahorrado por la mañana.
Mito número 8: es más cara la electricidad que el gas. Este  mito es relativo pues el ahorro no viene dado del uso de una energía u otra. Lo determinante es el tipo de vivienda y el lugar en el que ubique.
Mito número 9: el gasto energético no depende del tipo de electrodoméstico que tengamos. Otra idea que debemos olvidar. Es importante poner atención en la compra de nuestros aparatos. Un electrodoméstico de la clase G puede consumir tres veces más que uno de clase A. Esto lo podrás comprobar en la etiqueta de eficiencia que los electrodomésticos deben llevar.
Mito número 10: dejar el ventilador encendido en una habitación cerrada enfría el ambiente. Falso también. El ventilador lo único que hace es mover el aire de la estancia pero nunca enfriar o regular la temperatura.

Seguramente, la idea de que estos mitos sean falsos os habrá sorprendido pero nunca es tarde para modificar nuestras costumbres. Más aún si nos ahorramos un dinero a final de mes y encima contribuimos a cuidar el medio ambiente.

FUENTES : financialred.com