20110117

LA CLONACION HUMANA " LOS RIESGOS "

El objetivo de la investigación de la clonación humana NUNCA ha sido el de clonar personas o crear bebés de reserva.




La investigación tiene como objetivo obtener células madre para curar enfermedades.


Claro que se han publicado los resultados de la investigación sobre clonación de animales y humana para obtener células madre y, al igual que el resto de los descubrimientos científicos, estas publicaciones están disponibles a nivel mundial.



Y era inevitable que un día este conocimiento fuera mal utilizado. Ahora, varias personas en el mundo propagaron su idea de clonar un bebé.


Estos individuos no trabajan para ninguna universidad, hospital o institución gubernamental. Por lo general, la comunidad científica a nivel mundial se opuso fuertemente a cualquier hipótesis de clonar a un bebé.




Nadie sabe hasta que punto avanzó la clonación humana realmente en bebés. En Abril de 2002, el científico italiano Dr. Severino Antinori hizo un comentario improvisado a un periodista, afirmando que tres mujeres estaban embarazadas de un embrión clonado. A partir de entonces le apartaron de debajo de las luces del escenario y nunca más tuvo oportunidad de confirmar o negar ese comentario. Aunque no fuese verdad, o el intento hubiera fallado, da la sensación de que Antinori pretenda intentar clonar un bebé humano en un futuro próximo.


Los médicos evalúan los riesgos de la clonación humana como muy elevados.




La mayoría de los científicos es de la misma opinión. La gran mayoría de los intentos de clonación de un animal dieron como resultado embriones deformados o abortos tras la implantación. Defienden que los pocos animales clonados nacidos presentan malformaciones no detectables a través de análisis o tests en el útero, por ejemplo, las deformaciones en el revestimiento de los pulmones.

¿Quién aceptaría estos resultados en un experimento con bebés humanos?

Hay quién está de acuerdo con la clonación para la obtención de un bebé. Algunos incluso, pueden ser padres que perdieron un bebé y que quieren sustituirlo, o pueden ser personas que desean tener hijos pero que no lo consiguen de la manera tradicional. Por ejemplo, en caso de que un hombre no pueda producir esperma, puede hacer que su propio ADN sea introducido en el óvulo de su pareja, creando un clon de él mismo.



Clonar significa producir una copia genéticamente igual a un individuo.

Ésta es la manera de ser clonados. Los científicos obtendrían su ADN de una célula epidérmica y lo colocarían en el óvulo de una mujer cuyo ADN fue extraído. Una chispa de electricidad dividiría el óvulo y, después de algunos días, obtendríamos un embrión igual al otro.



Ésta es la manera de ser clonados. Los científicos obtendrían su ADN de una célula epidérmica y lo colocarían en el óvulo de una mujer cuyo ADN fue extraído. Una chispa de electricidad dividiría el óvulo y, después de algunos días, obtendríamos un embrión igual al otro.


¿Nació en 1976 el primer clon humano?

Según un libro narrado en forma de crónica y publicado en 1978 en los Estados Unidos, el primer clon humano habría sido creado por encargo en 1976 y el embrión llevado a buen termino. Su autor era David Rorvik, un periodista científico independiente, apasionado por la genética y los fenómenos paranormales.



En 1978, David Rorvik, un periodista especializado en temas médicos que trabajaba para el New York Times y la revista Time, escribió un libro llamado “In His Image: The Cloning of Man”. En el libro, Rorvik afirmaba que un clon humano acababa de nacer.




Todo el mundo creyó la historia. Al fin y al cabo, se trataba de un texto escrito por un periodista conocido y creíble, y publicado por una conocida editorial en el campo de la medicina. Sin embargo, la comunidad científica no fue tan crédula.




La historia era digna de convertirse en el guión de una película de ciencia ficción. En el libro Rorvik contaba como, un día de 1973, recibió un llamado de un millonario de California.





Este hombre, cuyo nombre real no se conoce pero en el libro aparece como “Max”, explicó al periodista que quería un heredero, pero que la vía para obtenerlo debía ser la clonación. Max ofreció a Rorvik una verdadera fortuna para que le encontrase un científico capaz de hacer realidad sus deseos.




Rorvik se encargó de reunir un equipo de científicos e instaló un laboratorio clandestino en una pequeña isla secreta, perdida en el Pacífico. Finalmente, después de tres años de experimentos, los científicos fueron capaces de producir un embrión humano viable que tenía el ADN de “Max”.




Este embrión fue implantado en el útero de una madre substituta, nativa de la isla, cuyo nombre clave era “Gorrión” (“Sparrow”). Nueve meses más tarde, según la crónica de Rorvik, nacía en la isla el primer clon humano.





Dadas las conexiones y la credibilidad de las que gozaba el periodista el 3 de marzo de 1978 su historia fue la nota de tapa del diario New York Post, que además de la portada le dedico sus mejores páginas.





Durante varios días todo el mundo hablaba de Rorvik, “Max” y su clon. El libro, como no podía ser de otro modo, se vendía por toneladas.




Pero no todo era color de rosas. Una noticia como esa tarde o temprano despierta el interés de algún político, y así fue como pocas semanas mas tarde el Congreso estadounidense designó una comisión para realizar una investigación del asunto.





Es que el libro de Rorvik había sido recibido con mucho escepticismo por parte de la comunidad científica. Incluso en marzo de 1978 la prestigiosa revista Science publicó un artículo escrito por un grupo de investigadores que restaban credibilidad a la historia de Rorvik.





Como todo buen timo, el libro tenia bases creíbles. Por ejemplo, la técnica de clonación que se describía a lo largo de sus páginas se basaba en las experiencias exitosas realizadas en los años 1960 en batracios. Pero los investigadores sabían que esta técnica no era fácilmente aplicable a mamíferos.





Las cosas comenzaron a ir definitivamente mal para el escritor cuando el biólogo británico Derek Broomhall, cuyos trabajos eran citados en el texto, demandó por difamación al periodista y a la editorial.




Poco tiempo después, un juez del tribunal de Filadelfia pidió a Rorvik que reprodujera el experimento del clon humano. Ante la imposibilidad de hacerlo, El juez declaró en 1981 que el libro “era una mentira y una broma”. Era el fin de Rorvik. La editorial tuvo que pagar una verdadera fortuna a Broomhall, y Rorvik término arruinado.




A pesar de todo el escándalo y las abrumadoras pruebas de que todo había sido un invento, David Rorvik jamás quiso admitir su impostura. En una entrevista realizada por la revista Omni en 1997 aún insistía con que su historia era verdadera.

Clonar o no clonar?

Investigadores estadounidenses abren la puerta de la clonación humana argumentando fines terapéuticos, reavivando la polémica científica sobre la licitud de experimentar con células estaminales de embriones, en vez de células madre de adultos.




Inmediatamente estallaron las preguntas: ¿Es posible hacer personas a la medida y al gusto del consumidor? ¿Puedo reproducir un ser genéticamente idéntico a mí? ¿En qué nos afecta, como familias, esta nueva y revolucionaria técnica de la clonación?





Propiamente tal, lo que la empresa ACT logró fue crear un embrión humano preimplantado de seis células troncales o estaminales, a través de la técnica de la clonación.

La investigación demostró que es posible reprogramar células embrionarias de humanos, inhibiendo el desarrollo como embrión y transformándole en tejidos que pueden implantarse sin rechazo.



Sin embargo, la polémica sobre la licitud ética y moral sobre la clonación humana, independientemente de si tiene fines terapéuticos, está hoy más candente que nunca. Políticos, legisladores, científicos y la opinión pública en general, comienzan a cuestionarse el valor y sentido profundo de la vida humana, que merece respeto y dignidad desde el momento de su concepción.

Este diagrama explica la clonacion de embriones humanos



Para finalizar les dejo estos diagramas para que entiendan el uso de la clonacion de células humanas con fines terapéuticos