20110116

FAEMINO Y CANSADO


Ser humorista es difícil: si no logras hacer reír, pareces ridículo. Y hacer historia en el humor es mucho más complicado aún: cada uno de nosotros se ríe de distintas cosas y, como bien sabe Chiquito, estar en lo más alto de la comedia dura muy poco, menos que en cualquier otra disciplina: la gente que antes te adoraba, después está harta de ti. Pues bien, El orgullo del tercer mundo, el programa con el que Faemino y Cansado ocuparon media hora de las noches de La 2 en 1994, es Historia del Humor Español (en mayúsculas). Y eso que, paradójicamente, su cota más alta de espectadores nunca superó el millón y medio.

Dice el tópico que a Faemino y Cansado o los amas o los odias. O te partes con ellos o te parecen los tíos más aburridos del mundo. El otro tópico es que su humor es absurdo, surrealista, a veces hasta naïf. Sí, justo como el de los Monthy Python. O como el que ahora mismo ponen en antena los chicos de Muchachada Nui. La diferencia es que Faemino y Cansado, cuando llegaron a televisión, no quisieron hacer nada con ella: ni aprender el lenguaje ni rodar sketches. Su única intención era que El orgullo del tercer mundo representase bien su forma de hacer humor, así que decidieron que cada capítulo, de media hora de duración, fuese la grabación de una actuación suya en una sala de fiestas.

Sin más aliños que algún que otro rudimentario disfraz y sus palabras, Faemino y Cansado lograron atrapar el corazón de un buen número de fans. Desde entonces, conseguir entradas para sus actuaciones teatrales ha sido misión casi imposible: siempre llenan. Y El orgullo del tercer mundo, aún sin una reedición en condiciones en DVD, pasa de mano en mano o vía P2P y sigue teniendo la misma gracia que entonces.