La criogenización ha sido siempre un tema que ha generado gran controversia en el mundo de la ciencia. Mantener seres humanos vivos en condiciones de congelación, con el fin de mantener sus funciones vitales suspensas, para una futura reanimación.
El viejo sueño de la inmortalidad que ha acompañado al hombre desde que tuvo conciencia de su propia muerte, tiene un nombre: criogenización. Actualmente tres sociedades supuestamente sin ánimo de lucro garantizan a quien está dispuesto a pagar un seguro de vida, que en el momento de su fallecimiento su cuerpo puede ser hibernado y mantenido a unos 195 grados bajo cero, vigilado veinticuatro horas al día por técnicos especializados durante cien años o hasta que la medicina encuentre una cura para su enfermedad.
Lo hemos visito en muchas películas, pero que parte de esto es posible? Gracias a los adelantos científicos de hoy en día, si bien no se a conseguido “descongelar” a un ser humano, se esta muy cerca, pues se a conseguido en algunos otros mamíferos. El proceso de criogenización es relativamente sencillo, ya que solo es necesario inyectar en el cuerpo que se va a criogenizar, unas substancias que impedirán la formación de cristales en el interior de los tejidos de los diversos órganos, lo cual podría poner en peligro la integridad de los mismos. Después, este cuerpo es conservado en nitrógeno líquido, a temperaturas cercanas al cero absoluto, en espera de que la cura a la enfermedad que padece pueda ser descubierta.
Hoy en día, en España, no existe ningún centro de criogenización, si bien si tenemos la Sociedad Española de Criogenización, que se encarga de ofrecer información y asistir a aquellos que desean ser criogenizados, el proceso. La mayoría de estos centros de criogenización están en Estados Unidos, y albergan en sus cámaras a varias personas en espera de su momento para “resucitar”
Descongelar la muerte se acerca al fenómeno de la criogenización, analizando lo que puede haber de realidad o de ficción científica. El documental penetra en las instalaciones de la Fundación Alcor para la Extensión de la Vida, una sociedad criogénica situada a las afueras de Los Ángeles, y entrevista a muchas personas que no desean que la muerte sea un hecho irreversible, sino que esperan que la ciencia pueda proporcionarles algún día la inmortalidad.